
Hasta el año pasado se pensaba que el Euro podría llegar a reemplazar al dólar como moneda en la que se guardaban las reservas internacionales de los Estados, y en general, que lograría ser una divisa sólida que iría reemplazando al dólar estadounidense poco a poco en las transacciones internacionales. Sin embargo, en ese contexto, el euro se había revaluado bastante, y el dolar parecía que no dejaba de devaluarse.
Sin embargo, este año plantea un escenario completamente diferente. Un dólar estable frente a un Euro cuya única estabilidad es que está constantemente perdiendo su valor, en una caída que parece incontenible. Un euro fuertemente afectado por una crisis económica y financiera fuerte en Grecia y la amenaza de su expansión hacia países como España e Italia. Un euro que pierde día a día credibilidad, debido a la completa inestabilidad y devaluación que muestra en su comportamiento.
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